Los bolsilibros tienen su momento fundacional en España durante la posguerra. Después de la guerra, la industria del libro, si es que alguna vez había existido algo parecido en nuestro país, quedó reducido a la nada. Las
novelas de bolsillo vinieron a traer la literatura a la gente normal. Era una literatura de evasión y tenía que ser barata. Los grandes escritores españoles estaban o exiliados o en la cárcel. No había espacio para aquello que no fuera narrativa de exaltación del Régimen, dentro de los “grandes” nombres editoriales del momento.
El nacimiento de editoriales familiares como era el caso de Bruguera, que es sucesora directa de El Gato Negro (fundada en 1910), animó un tipo de literatura mucho más popular tanto en el contenido como en el precio. La mayoría de las editoriales fundadas en aquel momento eran así, familiares. La propia Bruguera lo era, aunque esta pronto tomó forma de empresa. Otras editoriales que siguieron esta órbita fueron Toray, fundada por Antonio Torrecilla y Antonio Ayné en 1945; Ferman, fundada en 1954 en Barcelona por Juan Fernández Mateu; Rollán, fundada en 1949 por Manuel Rollán Rodríguez y convertida más tarde en Andina; Maga, fundada en Valencia en 1951 por el dibujante Manuel Gago.
Los autores trabajaban a destajo para estas editoriales que les obligaban, no solo a cambiar su nombre, sino a producir a un ritmo que muy pocos aguantarían hoy y que ninguno comprenderíamos. Todos conocemos a Lem Ryan, Van S. Smith, Clark Carrados, Glenn Parrish y Luis G. Milk, Curtis Garland, Silver Kane, Lou Carrigan, Ralph Barby o Joseph Berna entre muchos otros. Detrás de ellos estaban: Francisco Javier Miguel Gómez, Luis García Lecha, Juan Gallardo Muñoz, Francisco González Ledesma, Antonio Vera Ramírez, Rafael Barberán Domínguez, Ángels Gimeno o José Luis Bernabeu López, entre muchos otros…
Casi ninguna de estas editoriales sobrevive a la crisis que azotó a España en los años 80.


un revulsivo a la hora de encarar este tipo de literatura pues ha colocado los bolsilibros de nuevo en el mercado de una manera casi viral, creando una red dentro de internet de fieles seguidores de este tipo de la editorial que les siguen y consumen sus producciones de una manera voraz. Una editorial que, además, apuesta abiertamente por la mujer, dando prioridad a los manuscritos escritos por ellas y que no siente pudor en decirlo.